Kilometraje orgásmico

¿Cuántos orgasmos has tenido en toda tu vida?. Sin trampas, nada de fingir para complacer a tu pareja y hacerla sentir que “WOW . DAMAS Y CABALLEROS LES PRESENTO AL DIOS O LA DIOSA DEL SEXO!!”… y luego le dices “era como si estuvieras dentro de mí, y no hablo sólo de lo físico, que fue maravilloso ¡E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R!, si no que fue como si estuviéramos conectados de una manera muy especial, mágica, audaz…Ouch, creo que voy a llorar”. No te hablo de eso, abajo tienes un contador. Y es el número de orgasmos que podrías tener o al que llegaste realmente hasta este minuto, lo cual es grandioso. La mayoría de mujeres confiesan que muchos hombres no les hacen ni cosquillas, y es que cuando están “sublimando”, la mayoría de súper machos alfa players se concentran tanto en su propio placer, que olvidan por fragmentos todo el remolino de emociones que tienen entre sus brazos. Hubo una pregunta que, por propia confesión, Freud nunca se pudo contestar: “Qué quieren las mujeres”, el tipo tendría que haber cambiado el enfoque y decir: “Qué cosas hacen que una mujer reaccione”… ¿lo olvidaste?. Mira abajo, sigue la cuenta. CORRE!!



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Sueños editados

¿Alguna vez has despertado en la madrugada repentinamente y luego volvió a invadirte el sueño?. ¿Alguna vez se te ocurrió apuntar esa imagen, ir desde tu cama hasta una mesita y escribirlo con la poca consciencia en la que te encuentras?. Es todo un drama, créelo.

HEY!! ALTO!!. Tal vez no me expresé bien porque quiero toda tu atención, ahora:

-Cada segundo que pasa, los hormigueos en tu cuerpo se hacen más fuertes que de costumbre.

-Piensas en paz, amor o libertad, lo respiras, comienza a invadir todo tu cuerpo y ya casi te sientes parte de él. Empiezas a sentirte maravilloso.

- Al final te das cuenta que todo lo que escuchas, sientes y observas lo disfrutas más cuando la gravedad ya no es una ley para ti, no funciona... de eso te hablo. Disfrutar las cosas simples... dejarlas fluir, dejar de razonar por todo.

Y es ahí cuando abandonas por unos segundos tu estuche corporal y te fundes emocionalmente con la naturaleza. Es... simplemente perfecto. Por cierto, ¿has editado un sueño?, te juro que no se trata sólo de abrir los ojos y recordar: